¿Te ha pasado que comes y no sientes saciedad? Una vez más, esto tiene todo que ver con tus hormonas.
La señal de apetito la genera la grelina y la señal de saciedad, la leptina. Ambas son hormonas inseparables que deben estar en equilibrio para su correcto funcionamiento.
La grelina es la hormona que despierta el hambre y se produce en el estómago. Por otra parte, la leptina o hormona de «saciedad» es la que te indica que has comido lo suficiente. Si comes y no sientes saciedad (excepto si has comido tanto que te sientes realmente «lleno/a»), es probable que tengas una deficiencia de leptina o resistencia a ella.
La leptina es producida por las células adiposas o células grasas, por lo que podríamos concluir que las personas con mayor contenido de grasa corporal deberían sentir esta señal de saciedad más rápido al comer. Sin embargo, esto no siempre es así, ya que el
cuerpo también puede generar resistencia a la leptina, similar a lo que ocurre con la resistencia a la insulina.
Cuanto más leptina produce tu cuerpo, mayor es la resistencia a ella. Por lo tanto, la señal de saciedad no funciona correctamente, generando un círculo vicioso: si no sentimos señal de saciedad, comemos en mayor cantidad y, si consumimos más calorías de las que gastamos, se produce un mayor acúmulo de grasa corporal y más resistencia a la leptina.
Para el buen funcionamiento de la leptina, es necesario que los triglicéridos estén normales o bajos en sangre. Los triglicéridos son pequeñas partículas de grasa que circulan por el torrente sanguíneo. Son necesarios, pero no en exceso, y su principal aumento en sangre se produce a través de lo que comemos, especialmente por el consumo de alimentos altamente procesados, comida rápida, hidratos de carbono refinados, azúcares y, especialmente, fructosa (que se añade a muchos productos procesados).
Si tienes muchos triglicéridos, la señal que manda la leptina quedará bloqueada. Por lo tanto, para reducir los triglicéridos, debes disminuir el consumo de este tipo de alimentos y siempre intentar llevar un estilo de vida activo, incluyendo el deporte como parte de tus hábitos.
Como ves, la recomendación siempre será llevar una dieta equilibrada que incluya todos los macronutrientes: proteínas, grasas y carbohidratos. Estos últimos deben ser bien seleccionados. Intenta que la base de los carbohidratos de tu dieta sean los vegetales y el resto, carbohidratos naturales altos en fibra.
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Macarena Linford
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