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CONTROLA TUS EMOCIONES CON LA RESPIRACIÓN

Una de las funciones más importantes para nuestra salud física y mental es la respiración. Además, a través de ella podemos reflejar nuestras emociones, sentimientos y estado general del cuerpo. Aprender a respirar adecuadamente puede ayudarnos significativamente a manejar nuestras emociones de manera efectiva.

¿Cómo influye la respiración en nuestras emociones?

 La respiración cambia según la emoción predominante en nuestra mente. Cuando sentimos miedo o angustia, respirar se vuelve más difícil y podemos sentir como si nos faltara el aire. En situaciones de estrés, la respiración se torna entrecortada.

Para aprender a manejar nuestras emociones a través de la respiración, lo primero que debemos hacer es identificar nuestra forma de respirar y ser conscientes de ella para poder cambiarla. Aquí te presento cuatro tipos de respiración:

 

  1. Respiración abdominal: Es la forma natural de respirar. En este tipo de respiración, inhalamos aire llevándolo al estómago a través del diafragma. La respiración abdominal es altamente saludable para aliviar tensiones y oxigenar órganos vitales como el corazón y el hígado. Practicarla con frecuencia puede brindar grandes beneficios.
  2. Respiración energética: Aparece durante el ejercicio físico y su principal función es llenar de vitalidad al organismo en su conjunto. La respiración energética es muy adecuada para momentos de grandes dificultades emocionales, ya que nos llena de vitalidad.
  3. Respiración alterna: Este ejercicio se utiliza para concentrarse en la propia respiración y relajarse. Consiste en tapar las fosas nasales de forma alterna al tiempo que se contiene el aire entre cada respiración.

  4. Respiración profunda: Se trata de hacer inspiraciones y exhalaciones lentas y profundas. De esta manera se logra enlentecer el ritmo del cuerpo y los pensamientos.
  1. ¿Cómo podemos controlar la ira a través de la respiración?

    La ira es una de las emociones más dañinas para nuestro cuerpo y nuestra mente. Por eso es importante que aprendamos a controlarla, para evitar males mayores. Podemos hacerlo a través de la respiración.

    Cuando experimentamos enojo, debemos quedarnos quietos. Luego, inspirar profundamente y exhalar con toda la fuerza que podamos. La ira es como una olla a presión a punto de explotar; respirar con gran potencia se asemeja a la liberación de la presión en ese tipo de artefactos. Si no permitimos esa liberación, seguramente habrá un estallido.

    Al evaluar la forma en que respiramos diariamente y tomar conciencia sobre lo que ella refleja, podemos proteger nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra vida. Cuidar nuestra respiración nos permite manejar nuestras emociones de manera efectiva y evitar posibles daños a nuestra salud integral.

Sara Bravo 

Yoga Instructor & Holistic Health Coach

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