Partamos derribando mitos. Desde afuera, el yoga puede parecer como una serie de posturas ideal para personas flexibles que posean un control impecable de su cuerpo como gimnastas y bailarines. O, como una práctica lenta y pausada que sólo sirve para estirar el cuerpo y soltar tensiones —en especial en las articulaciones— que la «gente mayor» podría necesitar.
El camino del yoga te enseña a que la respuesta muchas veces está dentro de ti, solo tienes que darte el tiempo de escucharte y entenderte para poder resolverte. Y esto no es magia. Las posturas en yoga ayudan a que se active la circulación de la sangre y la respiración para permitir una conexión más profunda con tu ser. Entonces, ¿Qué es todo lo que necesitas para comenzar a practicar? Sólo tu cuerpo, tu mente y tu propia curiosidad.
Entonces manos a la obra. Si te hizo sentido lo que has leído hasta ahora, o si siempre has estado tentada o tentado a entrar a un clase de yoga sin atreverte, aquí hay algunos tips para hacer yoga sin ser un yogui.

Guía básica de 7 pasos.
1- Atrévete: todas las clases de yoga, salvo las para alumnos avanzados, están preparadas para recibir a principiantes. Basta que entres a una clase y sigas las instrucciones del profesor y, si te confundes, sigue los movimientos del resto de la gente. Nadie te va a
estar mirando si lo haces bien o mal, porque el yoga es una práctica que se concentra en uno mismo.
2- Posturas básicas: si quieres tener una idea inicial, el yoga tiene una serie de posturas principales que se realizan generalmente al principio de la práctica para entrar en calor y activar tu musculatura. Los saludos al sol A y B, en sánscrito Surya namaskar, son secuencias entre 10 a 15 posturas, que puedes recordar fácilmente para practicar las veces que quieras y donde quieras. Puedes encontrarlas en internet y guardarlas en tu teléfono o tablet.
3- El mat: Todas las salas de yoga tienen mats que puedes usar las veces que quieras, pero si algún día quieres tener tu propio mat, debes fijarte en que el material se adhiera bien a tus manos para evitar que te resbales. También busca un grosor que soporte tus rodillas y codos, ya que muchas veces soportamos el peso de tu cuerpo y la idea es evitar lesiones.
4- La ropa: Nada específico, solo cosas cómodas, que usarías para estar en tu casa relajado. Poleras sueltas, peto deportivo, patas o shorts que cubran lo suficiente, especialmente para posturas un poco más jugadas.
5- Estilos de Yoga: los más comunes son: Ashtanga, Vinyasa, Hatha e Iyengar. Cada estilo tiene algo que aportar, por lo que te recomiendo probar los diferentes estilos hasta que encuentres el que más te identifique.
6- Para tu primera clase: Intenta tener el estómago vacío, ideal no comer de 1 a 2 horas antes de practicar, ya que trabajarás con todos tus órganos, especialmente los digestivos. Llega 15 minutos antes de que empiece la clase para poder ubicarte en la sala con tu mat y los accesorios que necesites como bloque, cuerda, cojín, (tranquilo, todo lo encontrarás en la misma sala). Confía en tu profesor y durante la clase siéntete libre de hacer la postura del niño (postura de reposo) cuando quieras.
7- Agradecer: Date las gracias por presentarte en el mat a practicar y tener tu momento contigo mismo.
Ya lo sabes, date el tiempo de ir un paso a la vez y nota como los beneficios de esta práctica y del movimiento en general te ayudan.
Abrazo.

Sara Bravo
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